La aromaterapia actúa sin duda, no sólo sobre un área determinada de nuestro ser, sino sobre todos los planos de la consciencia.
A través del olfato, desde el punto de vista físico, logramos orientarnos en el espacio, nutrirnos adecuadamente a través de la selección de alimentos y también aumentar o disminuir nuestra capacidad sexual. Pero las sensaciones de los olores y perfumes que percibimos, no quedan exclusivamente a nivel corporal.
La glándula pituitaria, ubicada a la altura del entrecejo, en la parte posterior del cráneo, es la que recibe los aromas a través de las membranas internas de la nariz, conectándolos directamente con el cerebro a través del nervio olfativo. Todo este proceso, del cual pocos de nosotros somos conscientes, lleva finalmente el efecto de cada aroma, al sistema nervioso central. Esto explica en gran parte la acción de los aceites esenciales sobre nuestros estados de ánimo, y permite comprender por qué determinados aceites pueden ejercer tales o cuales efectos sobre nuestra psiquis, modificando nuestras emociones.
Los aromas constituyen el lenguaje de las partes más sutiles de nuestro ser. Actúan en nuestro interior por asociación de imágenes, evitando la intervención de nuestra parte consciente, que todo lo analiza y todo lo traduce a palabras comprensibles.
Es por esta razón que se considera a la Aromaterapia como el lenguaje del alma: aquello que nuestro cerebro percibe a través del olfato, lo sitúa en el área de las percepciones espirituales, armonizando nuestro cuerpo energético y accediendo de este modo a la regulación del área física que necesite ser reconstituida.
Los aceites aromáticos han sido parte de la historia de la humanidad por más de 3.500 años a.C y aparecen regularmente en rituales religiosos, sazonamiento de comidas, medicina, perfumería y para enmascarar malos olores. Resulta imposible datar exactamente cuándo las plantas fueron utilizadas por primera vez de forma medicinal ya que dicho desarrollo habría ocurrido a lo largo de miles de años.
Estas civilizaciones tempranas posiblemente se habrían dado cuenta de que la quema de cierto material de plantas producía efectos inusuales (ej. sueño, estado elevado de conciencia, visiones, etc.). “Humear” a una persona es una de las formas más antiguas registradas de tratamiento con hierbas y se utilizaba frecuentemente para expulsar malos espíritus.
La India antigua fue una de las primeras civilizaciones que se enfocó en tratar a las personas de forma holística. La medicina tradicional india, también conocida con Ayurvédica (que significa “la vida es conocimiento”), es la forma más antigua de medicina practicada en el mundo, con plantas y extractos de plantas que se han usado de forma continua desde hace 5000 años incluso hasta el presente.
Escrito en India, cerca de 2000 a.C, uno de los libros más antiguos sobre plantas llamado “Vedas” incluye una lista de más de 700 plantas y sustancias, como el sándalo. el jengibre, la mirra, la canela y el cilantro con propósitos tanto religiosos como medicinales.
Son los antiguos Egipcios quienes son considerados los pioneros en el uso de las plantas aromáticas. No solo utilizaban óleos aromáticos en incienso, medicina, masajes, cuidado de la piel y cosméticos, sino también en sus procesos extremadamente refinados de preservación de los muertos. No hay registros que muestren que el proceso de destilación haya sido inventado en ese momento, entonces los únicos métodos de producción de aceites aromáticos disponibles para los egipcios habrían sido “enfreulage” y “maceración”. El enfreulage consistía en empapar la planta en aceite y luego toda la mezcla retorcerla en una tela bien apretada hasta obtener la fragancia, mientras que la maceración consistía en calentar el material aromático en aceite.
Hipócrates (460-377 a.C), nació en Grecia y es conocido como el “Padre de la Medicina”; escribió acerca de las propiedades de las plantas y las hierbas y registró todo el conocimiento que había sido obtenido de los egipcios, reconocía que la quema de ciertas plantas aromáticas ofrecía protección contra ciertas enfermedades contagiosas. Una vez, incluso utilizó este conocimiento de esencias aromáticas para fumigar Atenas y liberarla de la plaga. Junto con Galeno (2 d.C – ) Hipócrates enseñó sobre los “poderes curativos de la naturaleza”, es citado como el autor de la frase “El camino hacia la salud es realizar un baño aromático y un masaje con esencias a diario”, y que “Un médico debe ser experimentado en muchas cosas, pero ciertamente en masajes… pues nada más puede unir una articulación muy floja, o aflojar una articulación muy rígida”
La primera prueba de laboratorio registrada en los efectos antibacterianos de aceites esenciales se realizó en 1887. Esto inicialmente ocurrió cuando se anotaron que trabajadores manejando el procesamiento de flores y hierbas estaban libres de enfermedades respiratorias, a pesar de la difusión prolífica de tuberculosis. Asi que en 1887 empezó la primera investigación científica sobre aceites esenciales y sus efectos en microorganismos. Investigaciones adicionales se realizaron en Francia por Chamberland, que luego fueron confirmadas por Cadac y Meunier. Las investigaciones confirmaron que aceites esenciales tenían la habilidad de matar a los microorganismos responsables de la fiebre glandular y la fiebre amarillo.
El enfoque clínico a aromaterapia siguió desarrollando en Francia, en 1969, Maurice Girault desarrolló el ‘aromatograma’, basado en investigaciones por Schroeder y Messing. Aromatogramas incluye una técnica de laboratorio lo cual identifica las habilidades antimicrobianas de aceites esenciales especificas con relación a patógenos específicos microbianos. Como resultado de este desarrollo, investigaciones adicionales se llevaron a cabo sobre el potencial antimicrobiano de aceites esenciales.
Mientras tanto, Daniel Penoel (un estudiante de medicina y naturopatia) se hizo interesado en el trabajo de Jean Valnet, colaboró con un químico (Pierre Franchomme) para desarrollar lo que luego se convirtió conocido como ‘aromaterapia científica’. El enfoque era en tratar infecciones con aceites esenciales y este enfoque hoy en día se conoce como ‘aromatologia’ o ‘medicina aromática’,
También fue una contribución la de Marguerite Maury, una bioquímica francesa que comprobó los efectos terapéuticos de los aceites esenciales en el cuerpo y en la mente y desenvolvió el método de dilución y aplicación de los aceites esenciales en masajes.

La madurez de la aromaterapia moderna se alcanzó en 1980, momento en el que los bioquímicos aislaron en los aceites esenciales los componentes responsables de sus increíbles propiedades. A partir de entonces la ciencia volvió a centrar sus investigaciones en el estudio de las plantas.
Como resultado, estándares educacionales para la aromaterapia se han mejorado mucho, con otros cuerpos diferentes establecidos para lidiar con asuntos como la calidad de aceites esenciales, autorregulación de la industria, un cuerpo gubernamental para las asociaciones aromaterapias, legislación EC (Comisión Europea), registration del NHS (servicio nacional de salud).
Hoy en día, la aromaterapia es una de las formas mas populares y efectivas de la medicina complementaria. Los efectos positivos de aromaterapia se están comprobando finalmente a través de investigaciones clínicas en laboratorios alrededor del mundo , a pesar de que la utilidad de estos aceites pequeños ha sido conocimiento durante miles de años.