Hace poco iniciamos un viaje a través de los ciclos vitales con la etapa de los 0 a 7 años. Hoy, avanzamos hacia una fase crítica: el segundo septenio, ese periodo comprendido entre los 7 y los 14 años donde se rompe la burbuja de la infancia y comienza la verdadera construcción de la identidad.
Junto a Javier Aragón, exploramos esta etapa conocida biológicamente como «la tormenta perfecta» y astrológicamente como el primer gran desafío de Saturno.
La Fragmentación de los 7 Años: El Nacimiento del Juicio
A los 7 años ocurre un quiebre fundamental. El niño, que hasta entonces vivía en una especie de fusión inocente con su entorno familiar, comienza a experimentar cambios físicos visibles, como la caída de los dientes, y cambios sociales, como la escolarización obligatoria.
Es el momento de salir del nido. En esta etapa se despierta una facultad psicológica nueva: el juicio.
- Comparación: El niño empieza a comparar a sus padres con los de sus amigos.
- Identidad Externa: Se rompe la inocencia y surge la pregunta: «¿Quién soy yo y qué lugar ocupo fuera de mi casa?».
- Frialdad del Mundo: Se experimenta la primera «cuadratura de Saturno». El entorno ya no es tan cálido y acogedor; aparecen las exigencias, los deberes y la sensación de que «ahora te toca a ti solo».
La «Tormenta Perfecta»: Biología y Emociones
Desde la perspectiva médica, este septenio es una revolución fisiológica. Hacia el final de esta etapa (pubertad), se activa el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, liberando hormonas como la testosterona y el estrógeno.
Esto desencadena lo que la Dra. Luisa Fernanda describe magistralmente:
«Donde la pediatría ve una amígdala reactiva, la astrología ve a un joven desafiando a la autoridad para encontrar su propia verdad».
¿Qué sucede en el cuerpo y la mente?
- Regulación del Caos: El sistema límbico (emociones) está a toda marcha, pero la corteza prefrontal (el freno y la lógica) aún no ha terminado de formarse.
- Dolores de Crecimiento: Crecer duele literalmente. Los cartílagos de crecimiento se estiran y osifican, lo que puede causar dolor físico real en las piernas durante las noches.
- Poda Neuronal: El cerebro elimina conexiones antiguas que ya no sirven para dar paso a un pensamiento lógico más eficiente.
La Oposición de Saturno: La Crisis de los 14 Años
Alrededor de los 14 años, vivimos un evento astrológico mayor: Saturno en tránsito hace oposición a nuestro Saturno natal. Es un momento de «choque de trenes».
Sentimos que el mundo nos pone un muro gigante, un «NO» rotundo: no puedes entrar, no eres adulto, no tienes permiso. Esto genera una profunda frustración, pero tiene un propósito vital: obligarnos a buscar nuestra propia autoridad.
Si el adolescente no encuentra límites claros (un «alfa») en casa, se verá obligado a buscarlos fuera, a veces a través de conductas de riesgo, el deseo de huir del hogar o la pertenencia a «tribus urbanas» para hallar su identidad.
🎥 Profundiza en este análisis
¿Sientes que estás reviviendo estas crisis o tienes hijos en esta edad? La conversación completa entre Javier Aragón y la Dra. Luisa Fernanda ofrece herramientas invaluables para navegar estas aguas turbulentas.
El Adulto «Pataletudo»: ¿Arrastras tu Adolescencia?
Lo más impactante de este análisis es comprender que ese niño o adolescente herido no desaparece al cumplir 18 años. Se va con nosotros.
Muchos comportamientos de los adultos hoy en día son reflejos directos de un segundo septenio no resuelto:
- Pataletas de adulto: No tolerar un «no» como respuesta y reaccionar con agresividad o manipulación.
- Adicciones y Evasión: El uso desmedido de tecnología o videojuegos en adultos puede ser un rastro de esa necesidad de evasión y falta de estructura interna que debió formarse en la adolescencia.
Claves para Padres y Cuidadores
Criar en esta etapa es un desafío inmenso. Saturno nos enseña que el esfuerzo y el logro requieren disciplina. Para ayudar a transitar este septenio:
- Fomenta el Arte y el Deporte: Son canales excelentes para estructurar la creatividad y enseñar a tolerar la frustración de manera sana.
- Entiende el Duelo: Tanto los padres como los hijos están viviendo un duelo. Se despide al niño infantil para recibir al futuro adulto. Es un proceso que requiere paciencia y, muchas veces, terapia para que los padres no proyecten sus propias heridas.
Crecer implica que la estructura debe expandirse, y eso, inevitablemente, genera tensión. Pero es esa tensión la que forma al individuo responsable capaz de sostener su propia vida.
